Si observamos la naturaleza de cerca siempre descubriremos su perfecta belleza. Simplemente se trata de adentrarnos con mirada inocente en ese mundo minúsculo y desconocido que hay entre las ramas de un rosal. Con las personas pasa exactamente lo mismo, si nos paramos y focalizamos nuestra atención a conocer interiormente a la persona, sólo observamos perfección y belleza. Con el tiempo uno aprende que la belleza no está en los objetos que miramos sino en nosotros/as, en nuestra manera de observar. Feliz bella semana a todos/as. (Texto y foto: David González)
Viaje interior
Acerca del autor: David González
Psicòleg, psicoterapeuta i formador. Apassionat de la vida i de les petites coses. Buscador inquiet. Amb vocació de servei, sempre a punt per ajudar als altres.
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