Detrás del ‘no puedo’ hay un ‘no quiero’. Y ese ‘no quiero’ tiene que ver con un ‘tengo miedo a’. Tengo miedo a fracasar, tengo miedo a decepcionarme o hacerlo mal. Tapado y detrás de todo eso hay rabia hacia nosotros/as mismos/as por no intentarlo, por no hacer lo que realmente haríamos sin miedo. Y para evitar sentir todo ese dolor, simplemente decimos ‘no puedo’. Para cambiar la actitud, cuando decimos ‘no puedo’ digamos a continuación ‘no quiero’. Será el primer paso para responsabilizarnos y por lo tanto, para cambiarlo. Texto y foto: davidgonzalez-psicoleg.com