Conseguimos la satisfacción por vivir y felicidad cuando somos auténticos/as con nosotros/as mismos/as, cuando nos aceptamos tal y como somos, y vivimos nuestros sucesos vitales con aceptación. Ni bien ni mal, las cosas son como son. Para ir aceptándonos tendremos que ser conscientes de nuestros yoes. Identificar nuestras voces interiores que en su momento fueron utiles para nuestra supervivencia pero que en la actualidad nos provocan gran insatisfacción. Estas voces como pueden ser el yo exigente, el yo controlador y el yo quejica, etc… necesitan ser escuchadas y aceptadas. Por lo tanto necesitamos tener un diálogo amable, sincero y aceptante con ellas para que poco a poco, dejen de estar tan presentes en nosotros/as y poder tener contacto con nuestro yo interior, donde reside nuestra sabiduria y energía vital. Estado en el cual sentimos paz, aceptación y alegría de vivir por vivir sin más. Es un proceso más o menos largo y difícil porque supone afrontar que nosotros/as no somos lo que creemos que somos y que el mundo no es lo que pensamos que era. Una vez se inicia el proceso, ya no hay marcha atrás. La persona con más o menos dificultad, irá progresando hacia la aceptación. Feliz día a todos/as, valientes y maravillosos seres humanos!